La Alimentación: Una necesidad básica

A veces vemos personas que tienen la costumbre de guardarse comida en los bolsillos, trozos de pan que acaban siendo mendrugos que no hay manera de masticar y que se van desmenuzando hasta convertirse en un montón de migas, unas galletas, una trozo de fruta que comían de postre de la comida, ...
Y uno se pregunta: ¿por qué se guarda comida en el bolsillo si cuando sea hora ya hará otra comida? ¿Por qué conserva un trozo de pan seco cuando tiene a su disposición la comida que necesita en perfectas condiciones?

¿Quién sabe la respuesta? No sabemos qué situaciones vividas han llevado a la persona que lo hace a crear estos hábitos. Quizás en su niñez había que guardar siempre un bocado de pan en el bolsillo por si después no había nada para comer, cuando la pobreza mandaba sobre mucha gente (aunque lo hace ahora pero quisiera pensar que de forma menos generalizada) de manera que había que aprovechar todo lo que se podía de una comida en previsión de las largas horas que podían pasar hasta la  próxima; cuando estar en el campo de sol a sol sin parar para hacer el máximo de trabajo en una jornada, requería ir masticando aunque fuera un trozo de pan para engañar el estómago mientras se recogían las aceitunas con los dedos helados por el frío implacable o se recorrían los campos ya segados recogiendo las espigas perdidas aquí y allá bajo un sol de justicia. 

 

Y en cualquier caso, ¿por qué los recupera ahora?

En los hábitos relacionados con la alimentación influyen muchos factores: económicos, sociales, culturales, ...

Y quizás hay algunos que habían sido abandonados durante un tiempo y que reaparecen en la vejez, los sentimientos que provoca el propio envejecimiento-el miedo, la inseguridad, la percepción de la dependencia-o por causa de alguna patología como una demencia, que lleva muchas veces a recuperar conductas antiguas, no comprensibles desde la situación actual.

La alimentación es uno de los temas que más nos preocupan, es una necesidad básica y debe estar cubierta de forma correcta.

Es bueno que sepamos preocuparnos de los aspectos relevantes y dejar en segundo término la intervención en las "manías", que pueden molestarnos porque no las entendemos y las vemos como acciones innecesarias, pero que en la mayoría de los casos son cosas sin importancia.

 

LA ALIMENTACIÓN EN LAS PERSONAS CON DEMENCIA

Las personas afectadas por una demencia van necesitando a medida que la enfermedad avanza, más apoyo para las actividades de la vida diaria, incluso las más básicas. Una de ellas es la alimentación.

Hay que tener cuidado de que la persona que la padece esté bien alimentada para evitar añadir nuevas problemáticas a las ya existentes.

Globalmente podemos decir que el proceso de una demencia, es bastante similar en todos los casos, sea cual sea la causa que lo ha originado. Pero las características que esbozaremos a continuación, hacen referencia más concretamente a la enfermedad de Alzheimer, que es la más común entre las enfermedades neurodegenerativas.

1. - Es una enfermedad de larga evolución

2. - Es progresiva y cambiante

3. - Crea dependencia a nivel cognitivo, social y físico

4. - Requiere cuidados diferentes según los diferentes estadios

5. - Es incurable

 

Dicho esto, enumeraremos a grandes rasgos en qué orden se irán dando las pérdidas lo que nos permitirá prever cuál debe ser la actuación en el paso siguiente.

 

El proceso de pérdida se puede generalizar como inverso al orden en que se han realizado los aprendizajes.

1.-PERIODO EMBRIONARIO

2.-SENSORIO MOTRIZ: construcción de lo real, cognitivo y afectivo

3.-PERCEPCIONES: abstracción y generalización

4.-FUNCIÓN SIMBÓLICA: lenguaje

5.-OPERACIONES CONCRETAS: pasar de la acción a la operación

6.-OPERACIONES PROPOSICIONALES: elaboración de hipótesis. Utilizar tesis de razonamiento sobre proposiciones desprendidas de la constatación concreta y actual = PENSAMIENTO FORMAL

 


PROCESO DE PÉRDIDAS PREVISIBLE EN LA ALIMENTACIÓN

En las acciones relacionadas con la alimentación podemos prever que los problemas aparecerán en un orden aproximado al que se detalla  continuación, y que viene dado por el grado de dificultad de la acción a llevar a cabo y el nivel de deterioro cognitivo que afecta a la persona en cuestión.

-COMPRAR: prever qué quiere hacer para comer, qué debe comprar ... puede que un día detrás de otro cocine siempre el mismo, que en la nevera haya una acumulación del mismo producto o que sólo haya cosas fáciles de comer, que no sea necesario cocinar.

-COCINAR: no poner sal en la comida, ponerla a hervir sin agua, quemarla o cocerla poco.

-SERVIRSE: no sabe la cantidad adecuada, no reconoce los horarios de comida, puede hacer dos o tres comidas seguidas, o pasar un día entero sin comer, sin recordar que ya ha comido antes ni reconocer la sensación de hambre.

-USO DE LOS CUBIERTOS: olvida cómo se utilizan los cubiertos por agnosia (no sabe qué son y por lo tanto no sabe para qué sirven) o apraxia (no los sabe usar, no puede hacer el movimiento adecuado para cortar, pinchar o agarrar, llevar a la boca) pero reconoce la comida como tal y se la pone en la boca con las manos

-NO RECONOCE LA COMIDA: no hay estímulo por la comida, no lo reconoce, y hay que darsela en la boca o seguramente no comería.

-MASTICAR: no mastica, traga entero, escupe, lo guarda en la boca y se le cae.

-TRAGAR: apraxia deglutoria. La función automática necesaria para tragar la comida correctamente ha perdido. Traga mal, se atraganta.

 

Visto el proceso predecible las acciones que nosotros haremos deberán ir encaminadas a paliar las carencias aparecidas en cada momento. Esto irá desde hacer una supervisión de las provisiones de comida que hay en casa, ayudar en la elaboración de menús, en la compra, etc., hasta modificar la organización familiar y tomar la iniciativa en todo lo que sea necesario.